CAFÉ
El café por la mañana huele a caricia,
a pijama arrugado y suave,
a piel a medio despertar.
El café por la mañana huele a abrazo,
a lento abrazo caliente,
impregnado de sueños.
El café por la mañana huele a sol,
a proyectos que se tienden
como lazos invisibles de luz.
El café por la mañana huele a casa,
a llama que se hace brasa,
y calienta el hogar.
El café por la mañana huele a ti,
al cuidado que pusiste,
cuando encendiste el fuego.
SEUDÓNIMO: WILLIAM WILSON
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