Seguimos caminando
No me asustan los surcos de mi cara
ni mi voz débil y temblorosa al hablar,
pues somos hijos del paso del tiempo
y de la sabiduría de nuestro largo caminar.
Fuimos frágiles y tiernos retoños
que nuestros creadores lanzaron a volar,
soñamos con escalar grandes cimas
y al viento se las quisimos susurrar,
muchas conseguimos con fatiga ganar
pero todas no pudimos conquistar.
Conocimos de soslayo el primer amor,
el tímido roce de dos cuerpos ¡ay vana ilusión!
y algún inocente beso de nuestros labios escapó.
Cuando el paso del tiempo nos obligó a crecer
y alcanzamos la "edad de merecer"
juramos amor incondicional a otro ser.
Como en cierta época era habitual
nos lanzamos a la labor de procrear
para nuestros genes extender.
No sabemos si la vida el contrato nos renovará
pero seguimos riendo, amando, llorando, sufriendo…
hasta que el corazón quiera aguantar.
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