Cuando ya no recuerde (BettyBlue)
Cuando ya no recuerde,
ni que decir tiene que no sabré vuestros nombres
ni nuestra relación de parentesco
si alguna vez la hubo.
El día que ya no recuerde este cuerpo leve
se asomará al alféizar de la misma ventana,
cada idéntica jornada,
para ver el mundo desde la perplejidad
que ya no conmueve cuando todo es extrañamente nuevo
y a la vez tan distante y distinto.
Cuando ya no recuerde,
esta amnesia de palabras nos comerá
lentamente las manos y los labios.
Y acudiremos mudos de presente y amputados de recuerdos
a cualquier estancia solemne;
con la impostura de los niños grandes
que todavía juegan como criaturas traviesas
al escondite.
Con el tiempo exacto que nos cabe
dentro de una maleta inaccesible cerrada a cal y canto,
pertrechada por una docena de candados.
Huérfanos de esa llave providencial y maestra
que abría, antaño, todos los cerrojos.
Vencidos por la costumbre,
la rutina será una herida abierta en el costado
y la novedad, la novedad será un puñal afilado
que se clava siempre más hondo,
más adentro.
Hasta la médula de los días que la memoria eterna
borró en silencio.
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