Entre las noches deseo y
amor,
ocupan una estancia de
oscuridad,
derraman el pensar junto
a mí,
sin días para el
pensamiento.
Tú amor... fortuna de
conocer,
fuente de inspiración,
deseo de amar,
sentir el latir de un
corazón,
luz cegadora en el alma.
Emprender la ilusión...
un camino... un viaje al
infinito,
donde en colores pintar
tu sonrisa,
llenando el vacío que
quedó.
Ver la luna... es verte
a ti,
guardar sueños del
recuerdo...
sentir la piel en las
manos,
donde la vida apasiona.
Recostaré el regazo del
pensar,
si es que aún lo puedo
hacer...
sin dudar que una
lágrima,
cruce la cara de
caricias.
Seré la arena que
acompaña tus pies,
dejaré que escape sin
detener el tiempo,
si hubo un instante que
encontré...
donde poder detenerlo.
Yaceré en el umbral de
la puerta,
como el mendigo en su
abrigo...
esconde las penurias
perdidas,
que en lágrimas se
detienen.
Pienso en el tiempo y
miro al suelo,
sin saber el camino
donde perder,
sin saber que tendré en
el viento,
si solo es el aire que
me falta.
Respirar dejó de existir
en mí,
y no fue la noche que
dejé,
ni el tiempo que escapó,
tan solo fue una lágrima.
La que llora en el
partir,
de tan solo dejar
volar...
pensamientos que rezan,
todo el silencio del
tiempo.
(Seudónimo: Corriente de
Ríos)
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