Pies cansados
que andáis por los senderos de la paz,
no tengáis envidia de las manos
que tocan las armas de la guerra fugaz.
Pies que soportáis
el peso corporal,
volad con los pájaros
del paraíso terrenal.
Pies del alma
que andáis por los vientos,
de la eterna felicidad
del transcurrir de los tiempos.
Pies inolvidables
de los amigos ausentes,
caminad por los algodones
de las amistades nacientes.
Pies de los amantes,
con besos y flores,
id a las colinas
de los amores recientes.
Pies de recuerdos
buenos y maravillosos,
volved siempre
por los caminos espaciosos.
Pies remendados
de razones cosechadas,
pisad las uvas
de verdades heredadas.
Pies de lluvias
de tierras sin fronteras,
envalad las tormentas
de las luchas sangrientas.
Pies soportados,
ayudadme a bailar
esta música temporal
de principio a final.
Pies acompañados
de orgullo y valentía,
protegedme noche y día
del clamor y la gloria.
Josep Manuel Segarra Bellés
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