(Inspirado en el cuarteto de
cuerda nº 8 de Shostakovich en homenaje a las víctimas de la guerra y del
fascismo)
Todo lo que acontece y que
destaca.
La madera hace eco de
silencio escondido.
Los sonidos se enlazan y
componen
las sombras y recuerdos ya
vividos.
Va creciendo la palabra que
no se dice.
El paisaje es un cuadro de
otro tiempo.
Hoy aquí se expone lo que no
debió ocurrir.
La elegía continua se
desplaza y amenaza.
La sangre ya no corre por
las venas.
Las notas se columpian,
aletean inmensas;
a veces disonantes, otras
precisas.
¡Muerte!
muerte sin proceso,
desencadenada
sin remedio.
Ya nada se sostiene.
Las heridas anidan
y todo lo creado
se desmenuza.
No cabe arrepentimiento
póstumo.
Duele la impotencia.
La noche se descalza
embriagada de espanto.
El hombre desmerece
de su condición.
Se han secado las lágrimas
en agujeros rotos.
Luces imprevisibles,
arpegios inútiles.
Ni siquiera el silencio
calma.
Hasta los niños mueren.
El horror ya se instala
y nada lo podrá borrar.
Los dioses dejan de creer.
Todo ya existe en vano.
Carmen Serrano Ayuso
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