AHORA
Ahora…
te amaría distinto.
Sin la avidez del desheredado,
sin la glotonería del niño imprudente,
sin la avaricia del tacaño
ni la premura de los pocos años.
Así no…
Ahora, te amaría pausado.
Las emociones medidas,
el tiempo embelesado,
y el deleite de tu goce
detenido en mis manos.
Sin prisa
me perdería en tus laberintos
sin perseguir la salida
con insensatas urgencias.
Escucharía extasiada tus silencios
y, con devoción retendría,
el latido de tu alma en mi pecho.
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