No soy ni seré nunca como Hernández,
ni como Juan Ramón, ni Lorca, ni Machado,
ni Salinas, ni Hierro, ni Aleixandre;
yo no soy mas que un tonto ilusionado.
Quiero escribir lo versos mas tristes esta noche,
no lo puedo evitar, sale Neruda,
y busco la palabra, y busco donde
situarla en esta página desnuda.
Voy con mi diccionario por delante,
escribo un verso y voy por el segundo,
busco una rima fácil y asonante.
Siento en mi pluma la presión del mundo.
Lo borro todo, escribo un verso nuevo,
me esfuerzo en vano, lleno la papelera
de folios arrugados. Se lo que quiero
y no lo se decir de otra manera.
He puesto a decansar mi pensamiento:
volveré a mis poetas preferidos,
me perdere en sus versos,
disfrutaré de ellos
y dejare mi pluma y mis cuartillas
en blanco por un tiempo.
Y si pasan los dias y las musas
soplan sobre este tonto ilusionado,
no puedo prometerlo, pero espero,
tener papel y pluma siempre a mano.
ni como Juan Ramón, ni Lorca, ni Machado,
ni Salinas, ni Hierro, ni Aleixandre;
yo no soy mas que un tonto ilusionado.
Quiero escribir lo versos mas tristes esta noche,
no lo puedo evitar, sale Neruda,
y busco la palabra, y busco donde
situarla en esta página desnuda.
Voy con mi diccionario por delante,
escribo un verso y voy por el segundo,
busco una rima fácil y asonante.
Siento en mi pluma la presión del mundo.
Lo borro todo, escribo un verso nuevo,
me esfuerzo en vano, lleno la papelera
de folios arrugados. Se lo que quiero
y no lo se decir de otra manera.
He puesto a decansar mi pensamiento:
volveré a mis poetas preferidos,
me perdere en sus versos,
disfrutaré de ellos
y dejare mi pluma y mis cuartillas
en blanco por un tiempo.
Y si pasan los dias y las musas
soplan sobre este tonto ilusionado,
no puedo prometerlo, pero espero,
tener papel y pluma siempre a mano.
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